La estimulación del nervio periférico es una técnica en la que se introduce una pequeña corriente eléctrica a los nervios a lo largo del curso de los nervios periféricos para controlar el dolor.
El paciente experimenta esto como una agradable sensación de hormigueo. Al estimular rutas sensoriales no dolorosas, la corriente eléctrica engaña el cerebro para apagar (o atenuar significativamente) las señales dolorosas. De esta manera, se produce el alivio del dolor. En general, la mayoría de los pacientes entonces son capaces de reducir o suspender sus medicamentos para el dolor.
La estimulación del nervio se realiza en un proceso de dos pasos. Primero hay un electrodo de prueba temporal. Esto queda en su lugar durante una semana más o menos, para que el paciente pueda determinar si la estimulación del nervio periférico es útil. El electrodo está conectado a una fuente externa que controla el paciente. En caso de que el aparato no funciona, se quita. Si funciona, el electrodo temporal se sustituye por un electrodo permanente que se conecta a una batería interna, similar a una batería de un marcapasos. Una vez situado, el paciente puede entonces reanudar sus actividades normales de la vida diaria, incluyendo natación, ejercicio y trabajo.
Este procedimiento puede beneficiar a pacientes con las siguientes condiciones que han fracasado con tratamientos médicos estándar: síndromes de dolor regional complejo, lesiones nerviosas de un trauma o cirugía previa o dolor de espalda prolongado.